Recientemente, las enfermedades del hígado graso asociadas al metabolismo (MAFLD, sus siglas en inglés) se han convertido en una de las principales causas de enfermedad hepática crónica en todo el mundo, y se han convertido en un reto para la salud pública.
Esta enfermedad, se define como la acumulación de grasa en el hígado en presencia de una disfunción metabólica y puede comprender desde una simple esteatosis, que apenas implica inflamación, hasta una esteatohepatitis caracterizada por un estado inflamatorio severo y daños en los hepatocitos, que puede acabar desembocando en una fibrosis progresiva y consecuentemente en el desarrollo de cirrosis.
Teniendo en cuenta el papel vital del hígado en el metabolismo de los lípidos (incluida la captación y la secreción de lipoproteínas plasmáticas) y su papel central en la cascada inflamatoria, cabría esperar alteraciones hepáticas y como consecuencia, la excesiva acumulación de triglicéridos en él. De hecho, la hipertrigliceridema -caracterizada por elevados niveles plasmáticos de triglicéridos- y la inflamación crónica son dos principales factores asociados a MAFLD en pacientes con riesgo cardiovascular. La resonancia magnética nuclear (1H-RMN) es una poderosa herramienta que permite la caracterización avanzada del perfil lipoproteico, así como los niveles plasmáticos de señales y patrones relacionados con las glicoproteínas.
En ese sentido, el estudio pretende estudiar los perfiles de lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL) y de glicoproteínas de una cohorte de pacientes con enfermedad metabólica y su relación con el hígado graso, mediante el uso de la 1H-RMN.
Para ello, se recogieron muestras de plasma de 280 pacientes con riesgo metabólico de la Unidad de Lípidos del Hospital Universitario para medir el número y el tamaño de las partículas pequeñas, medianas y grandes de TRL (mediante el test Liposcale) y los perfiles de glicoproteínas mediante sus señales asociadas de 1H-RMN (Glyc-A y Glyc-B). Se evaluaron los parámetros de la función hepática, incluidos el índice de hígado graso (IHG) y la puntuación de fibrosis-4 (FIB-4) y se realizó una evaluación ecográfica hepática en 100 pacientes, a los que se hizo un seguimiento durante 10 años.
Durante el seguimiento a 10 años de los pacientes, además, se pudo relacionar el número de partículas TRL los niveles de Glyc-A y Glyc-B con el desarrollo de esteatosis en pacientes.
Los resultados obtenidos del presente estudio nos indican, que se pueden definir las partículas TRL y las señales, Glyc- A y Glyc-B, como potenciales biomarcadores frente al desarrollo de esteatosis hepática en pacientes con riesgo metabólico
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