El consumo frecuente de frutos secos, un componente importante de las dietas basadas en plantas, se asocia con una reducción del 15% en el total de enfermedades cardiovasculares (ECV) y una reducción del 23% en la mortalidad por ECV.
Aunque pequeños estudios han demostrado que complementar la dieta con frutos secos tiene un efecto considerable en la reducción del colesterol alimentario a corto plazo, hay poca información sobre los efectos de los frutos secos en las subclases de lipoproteínas.
El equipo del estudio WAHA (Hospital Clínic de Barcelona y Universidad de Loma Linda) ha publicado esta semana en la revista Circulation un artículo que evidencia los beneficios de incluir frutos secos en la dieta a largo plazo.
700 candidatos fueron asignados a una dieta sin nueces (control) y a una dieta con suplementos de nueces y fueron monitorizados durante 2 años. Se utilizó la prueba avanzada de lipoproteínas Liposcale para determinar los lípidos y las subclases de lipoproteínas. En el estudio se puso de manifiesto que los candidatos con una dieta suplementada con nueces redujeron significativamente el colesterol total, el colesterol LDL y el colesterol remanente (principalmente IDL) en un 4,4%, 3,6% y 16,8%, respectivamente. Además, se observó una reducción significativa del número de partículas LDL totales y del número de partículas LDL pequeñas, lo que demuestra que las nueces mejoran el perfil lipoproteico disminuyendo el riesgo cardiovascular.